Una propuesta de hoja de ruta para la transición ecosocial de la economía en Hego Euskal Herria
El funcionamiento de la economía de Hego Euskal Herria está gravemente herido, ya que se dedica a transformar combustibles fósiles y minerales procedentes del exterior para volver a exportarlos fuera de sus fronteras. Además de ser insostenible por los graves impactos ecológicos que genera, su elevado consumo de energía y materiales hará imposible su mantenimiento en un futuro próximo. Además, tiene una gran dependencia del transporte y del mercado global mundial.
Hay muchas limitaciones para avanzar en el funcionamiento de la economía actual. Los límites del planeta por un lado. La mayoría de los materiales utilizados en la economía de la CAPV y Navarra no son renovables, ni reciclables, y el acceso a algunos materiales estratégicos se hace cada vez más difícil. Además, la mayor parte de la energía consumida es fósil (90,8% en la CAPV y 77% en Navarra).
En un momento en el que la extracción de gas, petróleo y carbón alcanza o se acerca a sus picos, es necesaria una transición energética bien hecha. Pero las energías renovables también tienen limites. Por sus características no pueden sustituir a las energías fósiles. La energía renovable está muy dispersa, no se puede almacenar como la energía fósil y muchas renovables generan electricidad, pero las necesidades van más allá de la energía eléctrica.
Sin una transición justa, la reducción de energía y materiales llevaría a la destrucción de muchos empleos, ya que los sectores de mayor consumo generan la mayoría de empleos: productores de mercancías de alto valor añadido, automoción, siderurgia, industria alimentaria, o sectores relacionados con la logística.
Por lo tanto, la economía de Hego Euskal Herria necesitará una profunda transformación para cambiar su funcionamiento y afrontar los retos del futuro. Para ello necesitamos una transformación socioeconómica global: entender el trabajo como un medio de apoyo a la vida, y no para la reproducción del capital. Para ELA las líneas a trabajar son las siguientes:
- Reducir el consumo de materiales y energía hasta estar dentro de los límites ecológicos y siguiendo criterios de justicia global.
- Reordenación profunda del sector energético y su publificación.
- Relocalizar la economía, transformando y diversificando el modelo productivo industrial. La industria debe basarse en materiales y energías renovables y no en la exportación.
- Transformación importante del transporte, no basta con la electrificación. Reducir la movilidad de mercancías y centrar la movilidad de las personas en el transporte público y colectivo.
- Reorganización de la economía, poniendo en el centro el cuidado, el sostenimiento de la vida y el reparto de tareas de cuidado muy feminizadas. Para el reparto del empleo y de la riqueza será imprescindible la reducción de la jornada.
Es necesario que esta transformación lleve a cabo con el menor sufrimiento posible para la sociedad, a la vez que se avance hacia una sociedad más justa, democrática y sostenible. Se deben favorecer las transiciones que aúnan derechos laborales y actividades económicas compatibles con la vida.
Documento: AQUÍ